Aunque no todos los miembros del equipo de gobierno lo profesen, éste ha sido un Viernes de Dolores para el equipo que preside la alcaldesa lucense, Lara Méndez. Y lo ha sido por una razón muy preocupante: que Lugo puede volver ser una "ciudad sitiada", aunque esta vez por la huelga de la limpieza. El anterior conflicto de la recogida de basura, con Xosé López Orozco como regidor de la ciudad de las murallas, duró nada menos que dos meses. Pues ahora, el fantasma de la huelga planea otra vez. Porque patronal y sindicatos mantienen posturas distantes en la negociación del convenio colectivo provincial de la limpieza, lo que hace resurgir -como muy bien indica la información de El Progreso- la amenaza de la huelga indefinida en este sector en el que trabajan alrededor de 2.000 personas en unas 200 empresas.
Aquella huelga de basuras en Lugo, convocada por el personal de Urbaser, mantuvo un litigo a tres bandas: empresa, Concello y trabajadores. Pero en esos dos meses de paro, quien lo ha padecido ha sido la ciudad, que estuvo "sitiada" desde el 9 de junio de 2014 durante 60 días.
Bien es cierto que la movilización que se planta ahora, si no se alcanza un acuerdo este lunes, no es como aquella. Aunque se enmarca en un contexto diferente -limpieza y recogida de basura-, sí tiene ciertas connotaciones en lo que se está negociando para el sector la limpieza.
Este viernes, los trabajadores dieron el sí a la oferta formulada por el mediador, que evitó el pasado lunes que se rompiese la negociación. No fue un apoyo unánime, pero sí mayoritario, el 73% de los asistentes a la asamblea celebrada en la casa sindical, recoge la información de El Progreso.
En cambio, parece que la patronal no ve con buenos ojos esa propuesta de subida salarial. Precisamente, este vienes era el último día que tenían ambas partes para comunicar su decisión al mediador, aunque no se oficializará hasta la reunión que mantendrán el próximo lunes, a las cinco de la tarde, en la sede de la CEL.
La propuesta del mediador, el exsubdelegado del Gobierno en Lugo José Vázquez Portomeñe, contempla la congelación salarial en 2015; que el año pasado se apliquen desde julio los atrasos correspondientes a una subida del 0,5%; que en este ejercicio se incremente el 1,25% y que en 2018 sea del 1,75%.
La patronal, antes de la oferta que puso encima de la mesa in extremis el mediador para evitar la ruptura, contemplaba la congelación en 2015; una subida del 0,5% el año pasado, que solo se aplicaría en noviembre y diciembre, e incremento del 1% y del 1,5% para este ejercicio y el próximo, respectivamente.
Mientras, la parte social aceptaba la congelación salarial en 2015 y proponía que el año pasado subiese el 1,6%, ya que ese fue el porcentaje del IPC, y que en 2017 se incremente la tasa de la inflación más el 0,5%.
Paro indefinido
Si este lunes, como señala la información del diario lucense, no se sella el acuerdo, los sindicatos CIG, UGT y CCOO, que denuncian la precariedad laboral que se da en este sector, retomarán la huelga que suspendieron al reabrirse las negociaciones. Sería después de Semana Santa.
La fecha ya está decidida, a partir del día 18. Los trabajadores acordaron en la asamblea por unanimidad secundar ese paro que sería indefinido.