La titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Corcubión decretó este viernes por la noche el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, de Andrés Santos Domínguez, el vecino de Santa Mariña, en la parroquia muxiana de Coucieiro, detenido el jueves por su presunta implicación en la muerte de Idilio Liñeiro Marcote, el fisterrán de 39 años que apareció degollado en su piso de la calle Escaselas el pasado mes de diciembre.
Santos Domínguez, imputado por un delito de homicidio, llegó a los juzgados corcubioneses pasadas las diez de la mañana desde las dependencias de la Guardia Civil en Coruña, a donde fue trasladado después de la detención y el registro de su domicilio familiar el jueves por la mañana.
Allí le esperaban familiares y amigos de la víctima que lo recibieron entre gritos de «asesino» y todo tipo de insultos. Las muestras de indignación se mantuvieron incluso durante su traslado poco antes de las 15.00 horas al cuartel corcubionés, y también a su regreso sobre las 17.00 horas para continuar con el interrogatorio. Eso sí, no hubo que lamentar incidentes mayores, pese a la rabia mostrada por las personas del entorno del fallecido.
De lo que le contó a la jueza, a la espera de que a lo largo de la jornada de este sábado la Guardia Civil pueda dar algún tipo de detalle, no ha trascendido por el momento ni una sola palabra. Eso sí, lo que ha quedado acreditado, según fuentes policiales, es que los indicios recabados por los investigadores de la Policía Judicial de Coruña son lo suficientes sólidos para implicar, presuntamente, al muxián en la autoría material de los hechos. Solo así se entiende que la jueza haya decretado prisión sin opción siquiera a fianza.
Entre ese material manejado por los agentes de la Guardia Civil no habría solo testimonios que sitúan a Santos en Fisterra unos dos días antes del hallazgo del cadáver, que es cuando se supone que se produjeron los hechos, sino también pruebas científicas, que podrían relacionarlo con la escena del crimen.
El implicado, que tiene antecedentes por tráfico de drogas, robo y daños, es descrito por fuentes del entorno de la víctima, y que conocían a ambos, como una persona peligrosa y físicamente más fuerte que Idilio Liñeiro, con lo que tendría cabida la hipótesis de que golpease, supuestamente, en la cabeza al afectado, antes de clavarle en el cuello un objeto punzante, lo que acabaría por producir la muerte desangrado.
En cualquier caso, esos extremos están todavía por confirmar, así como el móvil exacto del crimen. En principio, todo apunta a que la droga o el dinero derivado de su venta tuvieron algo que ver en lo sucedido, ya que a ambos les relacionan múltiples fuentes con el consumo habitual de estupefacientes y hay actuaciones judiciales que corroboran que se dedicaron al tráfico de estas sustancias.
La sensación ayer en Fisterra, al margen de la indignación de los allegados a Idilio, era de cierto alivio porque al fin haya un detenido en relación con el crimen y también porque no sea alguien del entorno inmediato.