Después del "sábado negro" de Ferraz, el PSOE inició un peregrinaje sin rumbo. Antes de este enfrentamiento fratricida, los nuevos dirigentes del socialismo español habían cogido demasiados atajos para acercarse al poder. Un poder cuyo objetivo era desplazar al PP, al precio que fuese. En Galicia, el PSdeG facilitó que las mareas y Podemos gobiernen en María Pita, Raxoi y Plaza de Armas. Ahora, con una estrambótica estrategia pretendían "recuperar" las tres principales urbes de la provincia: Coruña, Santiago y Ferrol. La recién dimitida secretaria general del PSOE de Coruña, Mar Barcón, hizo de "hada madrina" encargada de darle carta de naturaleza a un plan que no conducirá a ninguna parte mientras el PSdeG no se "recomponga". Todos se preguntan cómo un partido que ha gobernado un total de "70 años entre las tres ciudades" desde la instauración de la democracia se haya convertido en una fuerza casi residual. Y se contestan que uno de esos males es la falta de dirección: en menos de cuatro años tuvo dos secretarios generales y en la actualidad está dirigido por una gestora que tiene dividido el partido. Más bien roto.
La historia no es de ahora, pero se repite. El descalabro electoral del PSOE en las últimas elecciones municipales -como en los demás comicios- ha perjudicado notablemente al PSdeG, que ha pasado de ser un partido hegemónico a una fuerza testimonial en las tres principales ciudades de la provincia de Coruña. Además de perder de forma escandalosa decenas de miles de votos, la estrategia del Partido Socialista parece que fue diseñada por sus adversarios políticos. Y nadie, a estas alturas, entiende que el PSdeG entregará los gobiernos de Coruña, Santiago y Ferrol al populismo.
Precisamente, porque el populismo de las mareas y Podemos es el que quiere "enterrar" definitivamente al Partido Socialista. De hecho, en las últimas elecciones autonómicas ha dado un gran salto en esa dirección y la coalición populista ha superado al PSdeG en número de votos.
70 años entre las tres ciudades
Es cierto que los graves problemas del PSOE a nivel estatal han empeorado la crisis de los socialistas gallegos. Tanto es así que la "vieja" militancia no comprende que el partido que ha gobernado 28 años en Coruña, 27 en Santiago y 15 en Ferrol, se haya convertido en una simple fuerza testimonial en las tres principales ciudades de la provincia coruñesa. Y casi desaparecida en la capital gallega.
Después de los males, de todos los males, una parte del PSdeG quiere romper con la estrategia marcada en su día por el que fuera secretario general del PSOE Pedro Sánchez. Una fracción significativa de los dirigentes socialistas gallegos quieren "enmendar" ese plan que, "obligado" por Ferraz, consistía en facilitarlos los gobiernos municipales a las llamadas fuerzas populistas y cerrar todo tipo de diálogo con el PP.
De hecho, a raíz de la "guerra fratricida" de Ferraz, dirigentes de las tres ciudades de la provincia coruñesa demandaron "oficialmente" crear una especie de frente común de Coruña, Santiago y Ferrol con el fin de "coordinar" su acción política y "evaluar" la labor de los gobiernos que las mareas llevan a cabo en estas ciudades. Tan solo fue un espejismo. Ahí se quedó la "revolución" de los que antes eran los "críticos" y ahora son los "oficialistas".
El caso es que PSOE no ha "movido ficha" en Coruña, Santiago y Ferrol, al menos, oficialmente. Tampoco la dirección provincial del PSdeG coruñés, que dirige el alcalde de Culleredo, Julio Sacristán, ni la gestora gallega, que preside la diputada Pilar Cancela, han convocado reunión alguna para tratar este tema. Por lo que se desprende que, de momento, el PSOE no tendrá en cuenta esta "iniciativa" y dejará que los gobiernos populistas sigan gobernando lo que resta de legislatura.
Ferrol y su disparatado bipartito
Como viene ocurriendo desde hace tiempo, el PSdeG carece de estrategia política. Y la de pretender "enmendar" el error de poner en manos de las mareas y Podemos los gobiernos de Coruña, Santiago y Ferrol ha sido una simple "calentura" por el "cese" de todas las funciones de la teniente de alcalde ferrolana Beatriz Sestayo, y que acabó desencadenando la ruptura del gobierno bipartito. Un disparatado ejecutivo municipal formado por Ferrol en Común y PSOE.
"Amagos" de ruptura los hubo y los hay. Pero todo que ahí. Tan solo existen "roces" puntuales. Y uno de los elementos que ha enfrentado a los socialistas con los gobiernos populistas en las tres ciudades han sido los presupuestos. Los gobiernos locales de Coruña, Santiago y Ferrol no contaron con el apoyo del PSdeG para aprobar sus cuentas para 2017. Pero esta postura socialista fue el inicio de otra serie de despropósitos, que lamentarán en el futuro inmediato.
Reuniones "secretas"
Un hecho de lo más rocambolesco en política se ha dado en Coruña. Después de la "famosa estrategia" para "tumbar" a los llamados "alcaldes del cambio", el PSOE se ofreció a Marea Atlántica para entrar a formar parte de un gobierno de coalición. Semejante disparate no tuvo recorrido. Fue el propio alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, quien se negó de plano. Una vez más, Ferreiro, que gobierna en minoría, puso en evidencia la debilidad de un PSdeG dividido, sin dirección y sin rumbo.
Sin embargo, este último episodio ha servido para "romper" más el PSOE coruñés. En plenas fiestas navideñas, la secretaria general, Mar Barcón, mantuvo una reunión con Xulio Ferreiro para negociar los presupuestos y para tratar "otros asuntos". Barcón acudió a la reunión con el alcalde acompañada por un exdirigente socialista. Tanto el encuentro como los temas tratados se llevaron en "secreto". El portavoz municipal no estaba al corriente de esta reunión -claro, era "secreta"-, lo que trajo sus consecuencias. Cuando se enteró, José Manuel Dapena presentó su dimisión como portavoz municipal y, al día siguiente, Mar Barcón dimitió como secretaria general del PSOE de Coruña. Pero lo peor de todo es que el grupo municipal está ahora más dividido que antes.
En definitiva, el PSOE ha pasado de la hegemonía política al ostracismo. Tan solo queda en el recuerdo que el PSdeG gobernó en Coruña 28 años; en Santiago, 27, y en Ferrol, 15. Son demasiados años desde la instauración de la democracia hasta a actualidad para que los nuevos dirigentes socialistas, sin proyectos ni ideas, "entreguen" los gobiernos de las tres ciudades más importantes de la provincia coruñesa al populismo.