La ciclogénesis que ha afectado estos dos últimos días a Galicia empieza a retirarse tras una jornada donde el viento ha cobrado protagonismo. La alerta naranja que teñía el mapa de avisos de todo el país se queda ahora sólo en la costa lucense, tras un día en el que las fuertes rachas, que han superado en muchos puntos de la comunidad los 100 kilómetros por hora y han alcanzado los 160 en puntos altos de la provincia de Orense, provocando pequeñas pero numerosas incidencias con la caída de un reguero de árboles y ramas, de cables de teléfono y de luz y desprendimientos de tierra. Sin embargo, las lluvias no han sido tan intensas como en la jornada del martes.
La racha máxima de viento del sur el martes fue de 130 kilómetros por hora en Punta Candieira, en Cedeira, situada en la zona norte de la provincia coruñesa, cifra que este miércoles ha aumentado hasta los 140,8 kilómetros por hora, mientras la dirección del viento cambiaba ligeramente a suroeste. Y este dato no ha sido el más alto, la estación de Lardeira, en el municipio orensano de Carballeda de Valdeorras, ha registrado 1.620 de altitud una recha de 161, 6 kilómetros por hora. En Orense también ha habido importantes rachas en Cabeza de Manzaneda, en el término municipal de Manzaneda, donde han llegado a los 114,8 kilómetros por hora.
Para este jueves está previsto un día tranquilo, con nubes y claros acompañados de lluvias ocasionales durante toda la jornada que darán paso a un fin de semana plácido con aumento de las temperaturas.
El viernes todavía continuarán las lluvias eventuales, en especial en el litoral de Coruña y Pontevedra, y el sábado y el domingo serán dos días, si las condiciones no cambian, tranquilos y con sol para aprovechar las últimas jornadas del verano.
Las alertas terminan hoy y tampoco está programada ninguna para el resto de la semana después de dos días plagados de incidencias en los que los gallegos han tenido que extremar las precauciones para salir a la calle.