Aún resacosos de la primera parte de los excesos navideños, a falta de solo 5 días para que acabe 2015, María Santos nos propone definir cómo ha sido el año. Sin duda ha sido un año calentito por las elevadas temperaturas registradas en verano, un verano que se prolongó en un eterno veroño con escasas precipitaciones por tercer año consecutivo, que ha condicionado cosechas y siembras.
Además de calentito ha sido el año de la leche, un sector tremendamente castigado por el mercado internacional que ha lastrado sus precios en origen y ha puesto en riesgo la base productiva lechera, y un sector que ha sabido tomar las riendas y aunar esfuerzos para encontrar la luz al final del túnel.
También castigados por la coyuntura internacional el sector porcino y las frutas de hueso que con el cierre del mercado ruso han pasado dificultades. Una campaña de aceite excepcional por la práctica inexistencia de cantidades en el empalme de campaña y recortes re rendimientos en la recolección. Una vendimia muy muy tempranera y algo corta pero de excelente calidad.
Nuevas Políticas Agrarias y Pesquera con novedades administrativas y normativas, greening, agricultor profesional, anticipos, herramientas electrónicas para las solicitudes, ayudas pesqueras, adaptación a los descartes cero,….
Y si llegamos al final de la cadena hemos podido comprobar que el resultado de la industria ha sido positivo, no solo por su contribución positiva a la balanza comercial española, porque se ha mantenido como motor de la economía y se ha consolidado como marca España en su apuesta por la calidad y la innovación y, además, a tenor de las ventas se ha recuperado la confianza del consumidor que ha retornado a los niveles de consumo habituales.
Y hoy más que nunca para tomar ejemplo de una buena optimización de recurso les propondremos optar por la cocina de aprovechamiento para sacar partido a todos esos restos de comida que nos han dejado la cena de Noche Buena y la comida de ayer, Navidad.
Con los pies en la tierra Desiderio Mondelo nos trae una historia muy muy especial. Sabían que la pérdida de un carnero es el culpable de que un pastor leonés acabara siendo el mejor relojero del mundo, que después de terminar el Big Ben nos regaló el reloj de la puerta del sol que cada año nos acompaña en el tránsito de un lustro a otro.
Y claro, con esta introducción el producto de la semana no podía ser otro que las Uvas de la suerte, nada menos que doce millones de kilos tomaremos los españoles en menos de un minutos. Y que vienen cada temporada del valle alicantino del Vinalopo.
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