Ciudad fronteriza como ninguna, esta ciudad de 10.000 habitantes conserva el sabor de un recinto entre portugués y español. Tuvo origen templario y dejo su marca Portugal desde el s. XIV al XVIII. Formó parte del imperio español en el s.XVI y XVII y , después de muchas vueltas se reconoció como parte de España desde época de Godoy, tras la guerra de las Naranjas.
Su encanto está en ver una población amurallada, con marca portuguesa Manuelina y mezcla bilingüe. Perfecta para un descanso cuando vas a Portugal desde Badajoz.
Visita
Las construcciones defensivas son su principal característica. Entre el s.XIV y XVI se edificó su castillo con la torre del homenaje, los baluartes, murallas y puertas como la del Alconchal, los Ángeles, San Sebastián y la más tardía y noble del Calvario.
No faltan edificios religiosos que nos llevan del gótico al barroco como las iglesias de Santa María del Castillo, ligada a la fortaleza, la de la Magdalena, magnífica y conventos como el de las Clarisas.
El palacio de Cadaval, de aire manuelino, la casa de la misericordia y sus blanqueadas calles y edificios hacen obligatoria esta cuidada sobre el Guadiana, entre España y Portugal.
¿Dónde comer?
Arteaga. En un palacete de finales del s.XIX, el comedor es el patio central, acristalado. Cocina de inspiración extremeña y portuguesa tradicional, con algún toquecito moderno: carpaccio de buey retinto y foie-gras, Merluza con refrito de ajos y verduritas al vapor, carrillera ibérica estofada al vino tinto con crujiente de jamón, paleta ibérica horneada con puré de dátiles, semifrío de nueces sobre crema de pistachos con leche merengada,
Casa Maila. Mucho más sencillo, en pleno centro, pulcro y funcional, se divide entre una barra de tapas bien provista y un comedor para 60 personas. Cocina esencialmente regional y unas cuantas especialidades destacadas, como las croquetas de rabo de toro, el bacalao al horno con pil pil y el solomillo de retinto con mahonesa de foie. Buenos postres caseros.
Beber
El gran vino de la provincia de Badajoz, y una revelación en España, es hoy el de Palacio Quemado, en Alange, propiedad de una familka local, los Losada, y de los Alvear cordobeses. Vinos muy finos que utilizan entre otras las grandes castas de uva portuguesas, trincadeira preta y touriga nacional. Vinos correctos también los de Marcelino Díaz y Viña Extremeña, en Almendralejo.
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