La capital de la Rioja alavesa es una villa que conserva el trazado medieval. Sancho el Sabio le concedió fueros y su hijo, el mítico Sancho el Fuerte de Navarra, le dio el perfil de fortaleza en la frontera con Castilla y Aragón.
Laguardia, por su dedicación vitivinícola, tiene también un paisaje especial, entre las zonas de cultivo, los carrizales y grandes bodegas –además de las del subsuelo del pueblo- que pueden recorrerse con el tren-racimo.
Las murallas, construidas entre el S.XII y XV, son las mejor conservadas de la zona. Mantienen cinco puertas de entrada a la villa, entre las cuales destacan la de S. Juan y la de Páganos. Tienen un grosor de 2 metros y adarve almenado.
Dos iglesias marcan el poderío medieval. La de Santa María de los Reyes con su torre abacial parece tener origen templario, fue construída entre el S. XII y XIV. Posee un pórtico gótico policromado. Está situada al Norte, junto a la muralla.
Al Sur está la de S. Juan, con la torre campanario que sirve de puerta de la villa. Románica de origen. En el S. XVIII se le añadió la capilla de la Virgen del Pilar.
La ermita de la Virgen de Berberana es un edificio románico con atrio cuadrado. En arquitectura civil es imprescindible visitar la Plaza Mayor, con sus Ayuntamientos Viejo (S.XVI) y Nuevo, este último con carillón. Es una plaza porticada de gran atractivo.
En el Palacio de Samaniego, del S.XVIII, se encuentra la oficina de turismo. El Yacimiento de la Hoya está dotado con un pequeño museo sobre la época prerromana, especialmente la Edad del Hierro. En los alrededores hay algunos dólmenes.
Dónde Comer:
El Mirador. En el Castillo El Collado, hotelito fuera del centro histórico (un chalet modernista muy original), que es la casita de ensueño de Javier Acillona, hay un excelente restaurante con una cocina de corte clásico: crêpes de espinacas y hongos en salsa de setas pardillas, patatas a la riojana con chorizo de la matanza, rabo estofado de buey en salsa de vino tinto con verduritas, cordero asado en horno de leña, pastelitos de hojaldre rellenos de crema.
Posada Mayor de Migueloa. Se trata del antiguo Palacio de Viana, del siglo XVII, con bodega propia en la casa (y sus antiguos lagares de piedra). Unas pocas habitaciones y buena cocina tradicional, a base cde croquetas de jamón, pimientos rellenos, bacalao confitado, cordero asado sobre cama de patatas, leche frita
Marixa. Y el tercero es también un pequeño hotel, con habitaciones que ofrecen vistas a la muralla medieval y al viñedo. Una dirección segura para disfrutar de una cocina regional más que clásica (aunque con algún escarceo 'creativo': alcachofas a la plancha sobre pisto marinero y langostinos en mariposa). Cosasa como la menestra de verduras, el cabritillo asado al horno, el timbal de rabo de res al vino tinto, tarta Tatin al calvados. No se pierdan el gran plato de finales de invierno, en cuanto lleguen los guisantes lágrimas, servidos con huevo escalfado y trufa.
Beber
Estamos en la Rioja Alavesa, así que esto es una fiesta de grandes vinos. Las mejores viñas de por aquí, como El Pisón o El Carretil, ya van siendo tan famosas como las de Borgoña. Pero apuntemos a vinos estupendos de Laguardia y su entorno a precios mucho más modestos: el Cosme Palacio Vendimia Seleccionada Crianza 2012 de Bodegas Palacio, el Gran Reserva 2009 de Viña Real y el Phincas 2011 de David Sampedro.
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