Almazán es un pueblo afortunado, y no sólo porque hace unos años le cayera a medio pueblo la lotería, sino porque conserva un espléndido patrimonio debido a su importante papel dentro de Soria.
Por su ubicación, en el límite del Duero y lindando con Aragón, tuvo un carácter defensivo. De sus murallas quedan las puertas de Herrero, de la Villa y del Mercado. Todas ellas de gran monumentalidad. No en vano Almazán significa fortificación.
Almazán ha tenido una historia accidentada, pero en la época de los RRCC tenía ocho parroquias y varios monasterios y hospitales. Su patrimonio religioso es muy rico. La Iglesia de San Miguel de estilo románico, tiene influencia cisterciense y musulmana. La de San Vicente es sobria. La del Campanario tiene también origen románico.
La iglesia de Santa María tiene un retablo plateresco y la Ermita de Jesús es barroca.
En arquitectura civil, el edificio más destacado es el palacio de los Condes de Altamira, con fachadas góticas y renacentistas.
Dónde comer:
Antonio. Todas las mejores mesas de Almazán están en un hotel o en un hostal. Desde hace cerca de tres cuartos de siglo en manos de la misma familia, el Hotel Antonio tiene la cocina más reputada. Todo está bueno en manos de la actual cocinera, Cristina Mateo, desde los calamares en su tinta y las croquetas caseras hasta las natillas o la leche frita, pasando por su gran especialidad, las carnes: paletilla de cordero, somarro (solomillo de cerdo a la brasa), cabrito frito.
Rincón del Nazareno. Un hostal agradable, bien remozado –con murales dedicados a la villa de Almazán en cada habitación-, y la cocina a cargo de la propietaria, Virginia de Miguel. Su gran horno de asar es la principal atracción: buen cordero, buen cochinillo y también un respetable chuletón de buey a la piedra. De la cocina salen también especialidades como las verduras a la plancha con queso de cabra o el pollo de corral guisado con trufa negra. Se termina con una tabla de quesos españoles y un flan de chocolate.
Hotel Villa de Almazán. Una dirección clásica y correcta en la villa es este hotel que organiza cada año jornadas micológicas, de la verdura y de la caza. Como todos sus colegas de Almazán, son especialistas en carnes: cordero lechal asado y chuletón de buey a la brasa. En sus menús de degustación se encuentran platos como el carpaccio de bacalao con tomate 'concassé', las croquetas de chorizo ibérico, el 'confit' de pato sobre virutas de manzana y la 'mousse' semihelada de Boletus edulis.
Vinos
La Ribera del Duero nace en Soria, un poco más al oeste de Almazán, en la zona de San Esteban de Gormaz. Allí se elaboran grandes vinos en Dominio de Atauta y, desde hace poco, en Dominio de Es, el nuevo proyecto de Bertrand Sourdais, que fue anteriormente el enólogo de Atauta.
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