Ya es septiembre, el otoño está a la vuelta de la esquina y hay que ir despidiéndose del sol, de la playa… ¿y de nuestro bronceado?
No necesariamente. Todos queremos que el bronceado que hemos adquirido en nuestras vacaciones dure lo más posible y, efectivamente, hay muchas formas de conseguirlo.
Podemos activar la producción de melanina con sueros específicos, también podemos recurrir a los autobronceadores o aportar un brillo extra a nuestra piel con aceites coloreados…
También es el momento de recuperar nuestra piel, fea y reseca después de verano. Es inevitable que nuestra piel haya perdido muchas de sus vitaminas y propiedades. Como consecuencia de eso, aparecen (o se acentúan) las arrugas y manchas, hay un plus de descolgamiento y desaparece la luminosidad. Ademas, el cutis se verá especialmente seco porque la capa córnea habrá perdido su equilibrio y le cuesta más retener el agua.
El primer paso es exfoliar suavemente. Este gesto no va a "borrar" el moreno. Lo que hace es arrastrar las células muertas que apagan la piel, y que aflore la capa que está debajo, que estará prácticamente igual de morena, pero con las células jóvenes.
El segundo, es reparar el ADN para contrarrestar los efectos dañinos de la radiación UV. El exceso de rayos solares provoca que nos salgan manchas, arrugas, quemaduras, e incluso cáncer…
En tercer lugar, hay que dar de beber a nuestra piel, hidratarla.
Escucha este programa en cualquier momento y lugar a través de los podcasts de Libertad Digital y esRadio. Descarga nuestra aplicación para iOs o Android, visita nuestra página web en esradio.fm, o encuéntranos en Apple Podcast, Spotify, Podimo, Amazon Music, Youtube o iVoox. ¡No olvides suscribirte!
Este capítulo puede contener información comercial de anunciantes y/o marcas colaboradoras que contribuyen a la creación y difusión de nuestros contenidos. Gracias por colaborar con nuestras marcas colaboradoras.