Amorós consideró en Es la mañana de Federico que aunque “las primeras obras no son muy buenas literariamente”, después, el autor español “va avanzando” y llegó a brillar con libros como “Cinco horas con Mario”, donde depuró su estilo hasta un gran nivel literario. “A mucha gente le gusta las viejas historias de Castilla La Vieja, las raíces auténticas. Muchos dicen que es aburrido, no lo es: es serio, castellano, no busca brillar”.
Amorós continúa desgranando la obra del autor en Es la mañana de Federico. “Otro aspecto realista, melancólico” de Delibes, que es “La hoja roja”, que versa sobre algo que “ya la gente no sabe ni lo que es: las cajitas de papel de fumar”, que cuando se acababan, se tornaban rojas.
Son obras, en definitiva, de alguien que “no quería ser un filosofo ni un genio, sino que era muy sincero”. Un hombre que “era de verdad ecologista, sin los excesos ni disparates de algunos” en fechas recientes. Delibes, en definitiva y según Andrés Amorós, narra la “realidad del mundo castellano”.
Amorós y Federico conversaron acerca de la primera obra de Delibes, “La sombra del ciprés es alargada”. Dice el director y presentador de Es la mañana que es una obra que “tiene algo”, ya que captura perfectamente “el ambiente íntimo de la ciudad, la verdad humana”. Amorós concluye que tiene ese “toque poético” de las primeras obras, donde un autor vierte toda “su visión del mundo”, que luego iría “mejorando técnicamente” en sucesivos libros.
Una faceta quizá más desconocida de Delibes es su labor periodística. Responsable de un periódico que fue “escuela de grandes periodistas y escritores”, el escritor “amparaba gente joven de distintos estilos y procedencias ideológicas”. Fue, por eso, un gran defensor de Paco Umbral, César Alonso de los Ríos…. Toda una “escuela” en la que, según Federico, “la palabra tenía un valor superior”.
Amorós concluye con conmovedores apuntes sobre la vida personal de Miguel Delibes. “La gente no puede imaginarse lo que le afectó la muerte de su mujer. Era un persona normal a la que le gustaba el ciclismo, el fútbol…” e incluso el cine. Llegó a participar como extra en una película de Orson Welles filmada en su tierra, aunque luego la escena se quedó en la sala de montaje.