La historia que muestra la sequía
Los capiteles románicos de la iglesia de Cenera de Zalima, en Palencia, emergen de las aguas con la sequía
La sequía ha sacado la antigua iglesia de Santa Eugenia de Cenera de Zalima, un edificio románico del finales del XII y principios del XIII, perteneciente a una localidad que quedó sumergida en los años 60 por las aguas con la construcción de dicho embalse. En el templo, del que apenas queda en pie una pequeña parte de su espadaña, se han hallado capiteles de románico tardío y otros góticos que han emergido junto a las ruinas del templo.
"Son piezas muy toscas, muy sencillas, que han sufrido además un importante deterioro al estar sumergidas durante tanto tiempo", comentó el coordinador del Centro Expositivo Rom, César del Valle. Por su parte, otro de los historiadores del Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real, Pedro Luis Huerta, concretó que entre las "ahogadas ruinas" aún pueden distinguirse dos tipos de capiteles, "los que se corresponderían con el arco triunfal de la nave románica, capiteles triples de sencilla decoración vegetal; y otro de estilo gótico, con una decoración difícil de precisar por el deterioro, perteneciente a la nave de esta época".
Las piezas románicas, aseguró Huerta, son muy tardías, "quizá, del siglo XIII" Ambos incidieron en que se trata de "piezas menores". Aún así, valoraron desde la institución en un comunicado, no deja de ser curioso, emocionante, incluso, para quienes en otro tiempo oraron a su amparo, verlas resurgir de entre las aguas, quizá, porque es un fenómeno que acontece tan sólo en épocas de extrema sequía, como la actual.
El acceso a los restos de la iglesia ha de realizarse en piragua, barca o haciendo uso de las nuevas tecnologías o los drones. De ahí, la importancia de contar con fotografías, que, en un momento dado, servirán para documentar adecuadamente estos restos sumergidos de un pasado no tan lejano, destacaron.
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