El delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Castilla y León, Juan Pablo Álvarez, anunció que la primavera, que comenzó ayer lunes y se prolongará hasta las 4.00 horas del 20 de junio, dejará este año temperaturas más elevadas que en la media histórica desde 1981, mientras que las precipitaciones se mantendrán en "valores normales".

Tras recordar que el próximo fin de semana se cambiará la hora, Pascual, que compareció acompañado por el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Luis Antonio Gómez Iglesias, subrayó que la primavera ha comenzado "con tintes invernales" que se intensificarán a partir de este miércoles, con la entrada en la península de "un frente activo, con chubascos y descarga de aire frío, que registrará los mínimos de la autonomía en Sanabria y en León.

Este jueves se reproducirán chubascos e incluso "puede haber nieve granulada" en la meseta, y tanto ese día como el viernes "hará fresquito, sobre todo a primera hora de la mañana" en toda la Comunidad, ya que es posible que se produzcan "heladas débiles" en todo el territorio. Ya el fin de semana, las temperaturas subirán y se situarán por encima de la media, rondando los 17 o 19 grados.

Asimismo, señaló que actualmente "es muy difícil dar una predicción" del tiempo que hará durante la Semana Santa. "Ahora mismo, lo más probable es que llueva un poco, pero hablar de eso antes del 3 de abril es muy aventurado, ya que hasta entonces no podremos contar con una predicción fiable del tiempo que hará el viernes de dolores o el domingo de resurrección", apuntó.

Balance del invierno

En su intervención, Pascual hizo balance del recientemente finiquitado invierno, que según apuntó ha sido cálido, 0,7 grados por encima de la serie histórica, registrada desde 1981 hasta 2010, situándose como el décimo invierno más cálido de toda la serie histórica, y el cuarto más caliente del siglo XXI. El mayor aumento, de hasta un grado de temperatura, se produjo en las provincias de Ávila y Soria.

Así, recordó que en diciembre se produjeron nieblas muy persistentes, sobre todo en lugares como Zamora y en el bajo Duero, donde se mantuvo veinte días sin levantar. Ya en enero, la Comunidad registró 23 días de heladas, lo cual deparó una brusca bajada de las temperaturas, que donde más se acentuaron fue en el norte de Burgos, con el 19 de enero como el día más frío del año, al registrar máximas de cero grados y mínimas de 15 bajo cero en Las Omañas.

En febrero las temperaturas fueron subiendo hasta el día 20, cuando se contabilizó la máxima temperatura en Cuéllar con 22,3 grados, mientras que en la primera quincena de marzo la tónica predominante ha sido el calor.

En cuanto a las precipitaciones, la tónica dominante es que ha sido un inverno seco, con un 25 por ciento de déficit de lluvias respecto a un invierno normal, al contabilizar un escaso número de días de precipitación. Además, recordó que entre el 20 y el 27 de enero los servicios de emergencias registraron más de 70 incidencias relacionadas con la nieve en la Comunidad, y entre el 2 y el 6 de febrero más de 800 incidencias relacionadas con el vientos, además de que las precipitaciones hicieron situar en alerta el entorno de ríos como el Adaja, Cega, Esla o Tera, por las crecidas registradas.

Por otra parte, cuestionado por el posible traslado de ubicación del medidor automático de la temperatura ubicado al final de la pista del aeropuerto de León, cuyos datos no son representativos del clima de la capital leonesa, señaló que "a partir de junio podría cambiarse la ubicación", si bien "aún está por confirmar" si se produce ese traslado.