Refiriéndose a su personaje más conocido, el marqués de Sotoancho, Ussía dice que "es lo que yo quisiera ser. En un país tan áspero como vivimos me gustaría tener una finca enorme en la que nada trascienda mas allá de los límites", y que nada de lo que sucede fuera sea relevante. "Me encantaría ser el marqués, pero no tengo dinero, y no esperé 54 años para conocer a la primera mujer", dice. En tono cómico, añadió que tampoco su madre "era un bicho, como la del marqués". Sobre el personaje, dice que "era anterior a Trento, hubo que ocultarle 14 años la muerte de Franco, y luego se descubrió que de joven era bastante puta".
Para Ussía, el fin de semana perfecto supone realizar "un recorrido formidable, pero hay que madrugar un poco". Es el "trayecto de los reales sitios a El Escorial, luego la carretera de Segovia y pasar por Riofrío, y de ahí a la Granja de San Ildefonso, tomarse allí los primeros pinchos, y a las dos y media aparecer por Pedraza". Precisamente y en La Granja, Ussía recomienda un bar muy cercano a las antiguas caballerizas que es de su preferencia. Dijo el escritor en Es Fin de Semana que no es muy "de tapeos ni tascas en Madrid, los días normales porque no tengo tiempo y os días buenos como el de hoy me apetece más salir".
Otro de sus lugares favoritos es Santander, a pesar de que "no he nacido ahí", pero a él le "da la gana pensar que he nacido ahí, y a ver quien me lo discute", bromea. Allí "tomaría la primera cervecita en San Vicente de la Barquera, luego cogería el desfiladero de La Hermida y la carretera hacia Potes, y acabaría en el mesón del Oso, a diez minutos de Potes, con la vista de la Peña, que la llaman así porque son así de chulos". Allí se puede apreciar "una de las vistas mas impresionantes de todo el norte de España", que incluye "un bosque rojo como la sangre", en Liébana.
Dice Ussía que odia el panorama que se dibuja en el turismo con las playas, porque hay demasiada "foca con flotador diciéndole a Vanesa si se ha traído los Tampax". Continúa, en tono jocoso, criticando "esa sombrilla que es la misma para veranear en Palma que en Cantabria", aunque, remata, "lo único peligroso en las playas del norte son los surfistas". "Por la playa siento gratitud, porque que sean bonitas después de lo que aguantan en agosto tiene mérito", apunta.