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Guerra Fría II. El dedo en el gatillo

Rafael Calduch, Ángel Maestro y Emilio Campmany profundizan en la carrera armamentística y el autocontrol en las dos superpotencias.

Rafael Calduch, Ángel Maestro y Emilio Campmany profundizan en la carrera armamentística y el autocontrol en las dos superpotencias.

Tras el fracaso del bloqueo soviético de Berlín (1948), sorteado magistralmente por el puente aéreo, los EEUU empezaron a demostrar la supremacía occidental sobre la URSS de Stalin. Ya en el final de la IIGM, Hiroshima y Nagashaki fueron dos poderosas piezas en el tablero del juego que duraría más de 40 años. Tan sólo un año después del bloqueo, entre mayo y octubre de 1949, Alemania quedó formalmente dividida en dos: la República Federal de Alemania, en manos de EEUU, Reino Unido y Francia, y la República Democrática Alemana, en manos de la URSS. En el verano de ese mismo año 1949, los soviéticos ya habían ensayado en Kazajistán su propia bomba atómica: la RDS1, una réplica de la Fat Man de plutonio americana fruto del espionaje de la operación Manhattan. Los servicios de inteligencia americanos bautizaron la operación como Joe1. La URSS se convertía también en una superpotencia nuclear. Tres años después, el Reino Unido consiguió la suya, en la operación Huracán. Pero ese mismo año los EEUU dieron el salto a la bomba H, con un poder de destrucción capaz de volatilizar literalmente el islote de las Islas Marshall donde fue probada gracias a la fusión nuclear.

A partir de aquí, el dilema del prisionero, la teoría de Juegos, el dedo en el gatillo: comenzó una carrera que a la vez era un freno en un mundo dividido en dos bloques. Cualquier fallo de autocontrol, cualquier variación de peso en uno de los dos platillos de la balanza supondría la destrucción mutua asegurada. Pero quizá sin esa continua disuasión, habría estallado la IIIGM con armas de todo tipo y con millones de muertos. Lo cierto es que también hubo guerras de fuego convencional durante esta guerra fría nuclear. No sólo Corea, Indochina o Vietnam, perdida paradójicamente por la gran superpotencia que podía evaporar islas en minutos. En el continente americano, en Asia, en Oriente Medio, en África... los dos grandes bloques también jugaban otras partidas en otros tableros.

Y, ¿cómo eran desde el punto de vista político y militar esos bloques enfrentados vistos ahora en perspectiva? Se habla mucho de la órbita soviética, órbita de la que se salió un tal Josip Briz, alias Tito en Yugoslavia, todo un pedrusco en el zapato de Stalin. ¿Qué hizo la Europa no sovietizada en estos años? ¿Qué papel real jugaron en este dilema del prisionero los servicios de inteligencia?

En el programa que pueden escuchar aquí, los invitados buscan las claves del equilibro de poder entre la Alianza Atlántica (OTAN) y el Pacto de Varsovia, la carrera armamentística y el autocontrol que tuvieron que mantener para evitar el desastre.

Invitados

Emilio Campmany: licenciado en Historia Contemporánea y en Derecho, Campmany es un gran estudioso del periodo de entreguerras y la Guerra fría, asunto del que ha publicado numerosos ensayos en Libertad Digital, medio del que es asiduo colaborador. Compagina su trabajo como registrador con análisis de Derecho Internacional en el Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), donde se ocupa especialmente de los problemas legales de la lucha antiterrorista y de los conflictos en general. Fue finalista del V premio de novela Río Manzanares en 2003 con Operación Chaplin, un thriller en torno al intento de asesinato que sufrió José María Aznar en 1995.

Rafael Calduch: catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense, este doctor en Políticas, Premio Extraordinario de Licenciatura, ha estudiado con profusión las relaciones internacionales y la defensa. Es un gran conocedor de la historia del comunismo y también de las relaciones de poder entre la Unión Soviética y EEUU durante los años de la Guerra fría. Entre otros libros ha publicado La política exterior yugoslava de 1941 a 1953: El conflicto soviético-yugoslavo, así como Relaciones Internacionales.

Ángel Maestro: sociólogo, politólogo y periodista. Estudioso de la historia del comunismo, tanto de la Unión Soviética como de la posterior a la desintegración y de China. Unos asuntos sobre los que es autor de numerosos estudios. Es también buen conocedor de la historia de los servicios de inteligencia. Es colaborador habitual del GEES. También pertenece al consejo de dirección de la revista Razón Española. Y autor de, entre otros libros, La polémica Stalin-Trotsky. ¿Asesinó Stalin a Lenin?

Debate

Tanto Emilio Campmany como Rafael Calduch y Ángel Maestro, buscaron durante el debate las claves del equilibrio de poder que las dos superpotencias mantuvieron durante los años de la guerra fría, sustentado en muchas ocasiones sobre los servicios de inteligencia que tanto el bloque norteamericano como el Soviético mantenían informando con su propia carrera particular.

La evolución de la Unión Soviética cambió con la muerte de Stalin. De hecho antes de que Stalin muriera, "le dijo a Tito: 'no se llame usted a engaño, esta es una guerra en la que se enfrentan dos modelos de sociedad y cada uno de esos modelos llegarán hasta donde lleguen sus ejércitos', por eso para él era fundamental capturar Berlín. Tenía muy claro que la Guerra Mundial ya era una Guerra entre dos bloques", reflexionaba el profesor Calduch. Y seguía, "lo que capta George F. Kennan (autor de la teoría de la contención) cuando está de diplomático en Moscú es que esa visión dual los dirigentes soviéticos ya la tienen y lo que hacen es informar a sus jefes de que, puesto que tienen esa visión expansionista, esa visión de bloques, y decide que lo que hay que hacer es parar al bloque soviético".

En este sentido, Emilio Campmany apuntaba que "Stalin tenía la concepción de que en el mundo se iban a enfrentar las democracias y el capitalismo contra el comunismo. Y que luego cuando termina la IIGM cada uno controla la zona hasta donde sus ejércitos han llegado y que se impone la política de fuerzas. Pero el primero que la impone no es Stalin" sino que fue Roosevelt a los aliados en Italia. "Cuando se empieza a liberar Italia en 1943, Stalin dice que quiere participar y Churchill le dice que los ejércitos rusos allí no estaban y que entonces allí la URSS no pintaba nada". En cualquier caso "luego Stalin es el que lleva esa política a sus máximas consecuencias".

Por su parte, Ángel Maestro recordó que "un arma que emplearon los soviéticos y fue eficaz, distinta a las nucleares, y fueron los servicios de información, concretamente en la desinformación, en lograr manejar grandes sectores de la opinión pública occidental para hacerles conscientes del peligro de la guerra nuclear. La desinformación llegó a constituir dentro del KGB una sección sumamente importante que le supone una fuerza" y "un ejército más de la URSS y consigue movilizar a grandes sectores de la opinión pública occidental" con "una hostilidad que a su vez los países occidentales no tenían para sí".

Javier Somalo contó, durante el programa, con el testimonio de expertos como Rafael Bardají que explicaba la lógica atómica, una lógica, o el equilibrio nuclear que, a su juicio "hoy se ha idealizado mucho. Para garantizar la estabilidad nuclear entre ambos contendientes, la URSS y EEUU o el Este y el Oeste, no sólo debía haber armas nucleares en ambos lados sino que tenía que haberlas en un número muy alto y por lo tanto costaba mucho y aumentaban los riesgos de accidentes. En segundo lugar, tenían que estar dispersas para ser lanzadas en tres sistemas que tuvieran capacidad de supervivencia. En tercer lugar tenía que existir una capacidad y una infraestructura de mando y control que no sólo garantizaran esa seguridad en tierra de los sistemas sino que responderían a una orden del presidente para ser lanzados. Y eso también era una infraestructura altamente costosa. Y por último, además, no olvidemos, tenían que estar unos satélites orbitando la Tierra 24 horas todos los días de la semana, todos los días del año para detectar un lanzamiento del adversario. Y por último añadir un factor que se desarrolló después de la crisis de Cuba para tratar de evitar malos entendidos entre ambas potencias, el teléfono rojo –la línea- porque no lo olvidemos, la lógica era distinta pero se basaba en unos mismos principios en la URSS y EEUU y hacían entendible un mismo lenguaje: la lógica nuclear".

Otro de los testimonios autorizados que pudimos escuchar en el debate fue el de César Vidal quien explicó el funcionamiento del KGB y su supuesta influencia en la carrera armamentística. Insistía en que "uno de los elementos más notables que surgen del examen de la documentación desclasificada después de la caída de la URSS es que en buena medida, el KGB abogaba por una política de distensión. Conocedor de cuáles eran los problemas internos de la URSS, sabedor de que era muy difícil competir con el esfuerzo industrial y bélico de los EEUU, el KGB en más de una ocasión lo que demostraba era un cierto temor al gigante americano y apoyaba aquellas medidas que de alguna forma contribuyeran a neutralizar su influencia. No deja de ser interesante que, por ejemplo, el KGB vio con auténtico pavor la visita de Nixon a China porque consideraba que se podía fraguar una alianza chino-americana. Y que también el KGB insistió en que se llegara a los acuerdos SALT de desarme. Lejos de ser militarista, el KGB era realista. Y pensaba que un EEUU que no siguiera la carrera de armamentos, iba a ser siempre un enemigo más fácil que aquel que les obligara a estar siempre en la espiral armamentística."

La Historia, a debate

Bibliografía

The origins of the Cold War. Martin C Cauley
A World of Nations. William Keylor
La Guerra Fría. Álvaro Lozano
La Guerra Fría. John Lewis Gaddis
The origins of the Cold War. Kennedy Pipe
The Twentyeth-Century World. William Keylor
Khrushchev Remembres Little Brown & Company
The Evolution of Nuclear Strategy, Lawrence Friedman
Kennedy's War, Lawrence Friedman

Documentos desclasificados

Holocausto

Auge y caída del Tercer Reich. William L. Shirer
Hitler, los alemanes y la Solución Final. Ian Kershaw
Si esto es un hombre. Primo Levi
El libro negro. Vasili Grossman e Ilya Ehremburg
Auschwitz. León Poliakov
Séneca en Auswitz. Raúl Fernández Vítores. Reseña
La destrucción de los judíos europeos. Raúl Hilberg
Soldados del Tercer Reich. Sönke Neitzel y Harald Welzer
La utopía Nazi. Götz Aly
Trilogía del Tercer Reich. Richard J. Evans
El Holocausto. César Vidal
El Diario de Helene Berr
La historia de la Shoah. Georges Bensoussan

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Fondo documental sobre el holocausto. Retrospectiva documental sobre la 'Shoá' de la mano del Cetif.

Todo sobre el Holocausto

Recursos para el estudio del Holocausto

Bibliografía anterior

Europa bajo los escombros. Fernando Paz. Altera 2008
Lenin y el totalitarismo. Mauricio Rojas. Sepha 2011
Archipiélago Gulag. Alexander Solzhenitsyn. Tusquets Editores, 2005
El primer círculo Alexander Solzhenitsyn. Bruguera 1970
Koba, el temible. Martin Amis. Anagrama 2004
Rebelión en la granja. George Orwell. Destino 2010
Vida y Destino. Vasili Grossman. Galaxia Gutenberg, 2007
Tierras de sangre. Timothy Snyder. Galaxia Gutenberg, 2011
El origen de los totalitarismos. Hanna Arendt
Kolyma Tales. Varlam Shalamov. Classic, 20th-Century, Penguin, 1995
The whisperers: Private Life in Stalin's Russia. Orlando Figes. Papperback, 2008
El vértigo. Eugenia Guinzburg. Galaxia Gutenberg, 2005
El libro negro del comunismo. VVAA. Ediciones B 2010
Diccionario Biográfico del nazismo y el Tercer Reich. Fernando Navarro. Sepha 2010. ReseñaVisita virtualEntrevista.
Hitler, los años desaparecidos. Edición crítica de Ernst Hanfstaengl (Sepha, 2012) Colección Flores del Mal.
Hitler y Stalin, vidas paralelas. Alan Bullock
Hitler. Joachim Fest
La Europa de Hitler. Arnold J. Toynbee
Hitler. 1889-1936 y Hitler. 1936-1945. Ian Kershaw.
El Castillo en el Bosque. Norman Mailer
Hitler y el poder de la estética. Frederic Spotts
La decadencia de occidente Oswald Spengler
Memorias. Leni Rifenstahl
El Tercer Reich, datos clave. Alianza Editorial.
Diario de Spandau. Albert Speer

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